Ofelia Santiago, impartió su ultima clase en el MBA 23/24 de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. La importancia de la imagen y del protocolo en la comunicación va mucho más allá de la apariencia superficial; es una herramienta poderosa para proyectar una imagen ganadora y comunicar eficazmente. Nuestra vestimenta y complementos pueden ser vehículos para transmitir mensajes sutiles sobre quiénes somos y qué representamos.

Cuando nos enfrentamos a la tarea de construir discursos ganadores, la comunicación emocional y la oratoria corporativa son esenciales. No se trata solo de las palabras que elegimos, sino también del tono, la expresión facial y el lenguaje corporal que acompañan esas palabras. El perfecto comunicador entiende la importancia de la congruencia entre el mensaje verbal y no verbal.

El lenguaje de nuestro cuerpo es tan elocuente como nuestras palabras. La comunicación emocional se manifiesta a través de gestos, posturas y expresiones que reflejan nuestras emociones internas. Preparar una intervención efectiva requiere atención a todos estos detalles para lograr impacto y autenticidad.

En la hora de la verdad, al ejecutar un discurso, cada gesto y entonación importa. La ejecución del discurso no es solo recitar palabras memorizadas, sino transmitir pasión y convicción. Aquí es donde el elvator pitch, o discurso de ascensor, se convierte en una herramienta valiosa para comunicar ideas de manera concisa y persuasiva en un breve espacio de tiempo.

La comunicación efectiva no solo depende de lo que decimos, sino también de cómo lo decimos y nos presentamos. La combinación adecuada de imagen, protocolo, comunicación verbal y no verbal es la clave para construir discursos y presentaciones que impacten y conecten con la audiencia.